El siguiente sentido
que hemos trabajado ha sido el “olfato”. Y como no podía ser de otra forma, lo
hemos hecho a través de diferentes olores y aromas.
Lo primero que hicimos
fue jugar a adivinar si lo que olíamos eran olores agradables o desagradables,
sin ver lo que contenía cada bote. Utilizamos cebolla, ajo, colonia, azúcar
avainillado, hierbabuena, orégano y pimienta negra.
Después aprendimos el
órgano de la nariz, sus partes y cómo somos capaces de oler.
Como taller, realizamos
los saquitos olorosos con esencia de lavanda.
¡Ha
sido una experiencia olorosamente gratificante!
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